De acuerdo con la Universidad Complutense de Madrid, en sentido estricto, una adicción es la compulsión habitual de utilizar una sustancia, o participar en una actividad negativa por sus efectos perjudiciales sobre la salud, el bienestar de la familia, el entorno laboral o el bienestar económico.
Para poder hablar de dependencia física y psicológica, las personas deben presentar tres o más de los siguientes criterios en un período de doce meses:
- Fuerte deseo o necesidad de consumir la sustancia, actividad o relación (drogas, juegos de azar, etc.).
- Dificultad para controlar el consumo.
- Síndrome de abstinencia al interrumpir o reducir el consumo.
- Tolerancia, es decir, se necesita incrementar cada vez más el consumo para conseguir el mismo efecto.
- Abandono progresivo de intereses ajenos al consumo de la sustancia. Cada vez se invierte más tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia o realizando conductas adictivas.
- Persistencia en el uso de la sustancia a pesar de percibir de forma clara sus efectos perjudiciales.
En muchas ocasiones, las personas que tienen adicciones no son conscientes de que su comportamiento está fuera de control y causan problemas para ellos mismos y para su entorno; esto es lo que se conoce como negación, y es la consecuencia de que sean los familiares, amigos o parejas los que buscan ayuda.
Adriana
Publicado 06:44h, 07 octubreMe quedó a deber la nota me hubiera gustado tener más información.