Resiliencia en familia

Cuando hablamos de resiliencia, en la mayoría de los casos, pensamos en individuos. Sin embargo, la familia, como una unidad, también necesita desarrollar esta capacidad, dado que igualmente se enfrenta a adversidades que pueden devastarla, ya sea a uno de sus integrantes o en su totalidad.

La resiliencia familiar es el proceso por el que la familia se reorganiza y provee de nuevo significado a los hechos adversos, con el propósito de recuperar y mantener el funcionamiento y bienestar, equilibrando sus necesidades.

Este tipo de resiliencia se puede construir a través de un proceso muy sencillo, de acuerdo con el Dr. Adrián Cano Prous, de la Unidad de Diagnóstico y Terapia Familiar (UDITEF). Seguramente, has escuchado mucho de este proceso, pero vale la pena recordarlo:

• Comunicación. Clara, que sirva para solucionar problemas; con mensajes coherentes; proactiva, para prevenir problemas; que prepare para el futuro, definiendo metas, apoyando el éxito y aprendiendo del fracaso, resolviendo conflictos, compartiendo decisiones, logrando reciprocidad y equidad. Finalmente, la comunicación debe ser empática entre todos los miembros para evitar acusaciones y responsabilizar los propios sentimientos y conductas.
• Organización. Apoyo mutuo con colaboración, respeto, tolerancia y compromiso. Lo más importante en este componente es la capacidad para el cambio dentro de la familia, como reorganizar los roles y responsabilidades, así como priorizar acciones.
• Creencias. Normalizar el sentido de adversidad, contextualizándola y dándole sentido de coherencia. La crisis debe entenderse como un desafío significativo, comprensible y manejable, además de generar una perspectiva positiva con optimismo y confianza en la superación de dificultades.

¿Cómo educar a nuestros hijos en la resiliencia?

En la vida las dificultades son constantes, de modo que no hay razón para temer a ellas; de hecho, cuando se superan, siempre hay crecimiento personal.

No obstante, la cuestión es la siguiente: ¿debemos proteger a nuestros hijos de la adversidad o los preparamos para el futuro haciéndolos resilientes?

Se puede formar la resiliencia en los niños y adolescentes, trabajando con su confianza por encima de los miedos. ¿Cómo lograrlo?

• Fomenta la cultura del esfuerzo
• Enséñales a dominar la frustración
• Permíteles aceptar los cambios como parte de la vida
• Muéstrales optimismo, porque todo lo que pasa en la vida tiene una parte buena
• Anímales a ser sociables, para poder pedir ayuda y ayudar
• Generales autonomía, no les des los temas resueltos
• Provoca el aprendizaje, es decir, a pensar para solucionar problemas
• Estimúlales el sentirse seguros en ambientes nuevos.

Aunque las bases de la resiliencia se generan en la infancia, también es posible desarrollar esa capacidad más tarde si se recorre un camino de autoconocimiento y se cultivan ciertas actitudes.

¿Cómo sé si soy resiliente y tengo hijos resilientes?

Las personas resilientes se caracterizan por tener autocontrol, especialmente ante las dificultades, y mayor sentido de compromiso, debido a que toman las dificultades como un reto y no como amenaza. Inclusive destacan por su sentido de coherencia ante diversas situaciones, la habilidad para dar un significado a su experiencia y vivir las situaciones como una forma de aprendizaje.

Asimismo, este tipo de personas son más flexibles y con apertura al cambio, toleran mejor la incertidumbre y tienden a interpretar las situaciones desagradables, estresantes y dolorosas como parte de la existencia, sin resistirse tanto a ellas.

De manera que, si quieres seguir creciendo en tu resiliencia y en la de tu familia, es muy importante trabajar en el autoconocimiento. Una buena herramienta puede ser la práctica del mindfulness, realizar actividades con tu pareja e hijos al aire libre (hagan equipo para cosas simples y complejas) y platearte con tu familia objetivos en común, como ahorrar para un viaje o hacer una cena. Esto te ayudará a bajar el estrés ante los hechos que no puedes manejar y te proporcionará un mayor sentido del logro.