25 Ene La familia y el burnout
El burnout en la familia se presenta cuando llevamos los problemas del trabajo a la casa. Sin embargo, en esta pandemia donde las barreras del trabajo y la familia se traspapelan constantemente, ¿Cómo podemos evitar sumar nuestras presiones laborales con las tareas cotidianas de la familia?
Sin duda la crianza es un proceso arduo, ya que nuestra sociedad no termina de facilitar las condiciones de la vida familiar y la vida laboral, y si a esto le sumamos los ideales que se reflejan en las redes sociales, que en poco o nada se parecen a la realidad, resulta una labor verdaderamente agobiante.
Considera que 7 de cada 10 padres admiten sentirse muy cansados por el esfuerzo diario de ser padres ideales, además de tratar de llevar su trabajo perfectamente.
En España, según una encuesta aplicada por Lingokids, el 67% de los padres admiten que “la importancia que conceden a ser un buen padre o madre y el esfuerzo que destinan a ese fin llega a ser agotador”. Si a esta encuesta la pudiéramos trasladar a México ―considerado como el país con mayor índice de estrés en el mundo, pues 6 de cada 10 mexicanos señalan sentirse agotados al extremo―, esta sensación de tener que ejercer una paternidad o maternidad perfecta se magnifica, afectando negativamente la vida familiar y la relación con los hijos.
Combinar el cuidado de los hijos con una amplia gama de responsabilidad laboral, puede desembocar en un estado de burnout, en el que el distanciamiento emocional con los hijos, el estrés de ejercer como padres perfectos, la culpa y la frustración por no ser capaces de darles todo el cuidado y la atención que nos gustaría, se unen a otros síntomas propios del burnout, como la tristeza, la irritabilidad, los conflictos con la pareja o los trastornos del sueño. La encuesta mencionada con anterioridad señala que “8 de cada 10 padres y madres se sienten culpables, en mayor o menor medida, por no tener tiempo suficiente para sus hijos”.
Las mujeres tienen el doble de probabilidades de sufrir burnout, a consecuencia del rol que han asumido tradicionalmente como cuidadoras de los hijos en la familia, y que la pandemia no ha hecho más que reafirmarlo, pues en muchos hogares mexicanos las mujeres siguen ocupándose de la mayoría del trabajo relacionado con la cocina, la limpieza, las tareas de los niños, aun si la pareja se ofrece a ayudar. “7 de cada 10 madres se sienten solas en la crianza, y eso lleva al agotamiento extremo, porque, además, criar hijos e hijas en una sociedad donde no se prioriza la familia y que no valora la maternidad se hace aún una tarea más difícil”, indica Lingokids.
Si se tiene, es clave hacer equipo con la pareja ―el apoyo mutuo es fundamental, para que ambas partes puedan disfrutar de momentos de desconexión individual―, así como practicar el autocuidado, aunque nos cueste y lo hagamos con culpa; pues, sin esos momentos para respirar y recargar pilas, difícilmente llegaremos al fin de semana.
¿Qué hacer con las redes sociales?
En muchos de los casos, las redes sociales generan un impacto negativo sobre la maternidad y la paternidad porque nos obligan a compararnos con una red global de familias, incluidas las de las amistades y las de los influencers, que reflejan vidas ideales, que pueden hacernos sentir que no estamos haciendo un buen trabajo.
La solución es sencilla: mantente al margen, es decir, deja de lado la presión social de ser la madre o el padre perfecto, y prioriza lo que es importante para tu familia: cada familia tiene sus propios retos y prioridades, y ninguna ―incluidas las de tus familiares― es, ni por asomo, similar a la tuya.
¿Cómo prevenir el burnout en la familia?
El burnout que puedes experimentar como padre o madre se percibe como estas sensaciones de derrumbe, y lo riesgoso es que muchos de los síntomas acaban reflejándose en la relación con tus hijos. Una vez sucedido este choque, es muy probable que experimentes culpa.
El burnout como padre o madre no sólo sucede por la falta de tiempo o por el exceso de trabajo, puede ser también por no tener los conocimientos, las estrategias o los recursos suficientes para lidiar con los cambios de la edad de nuestros hijos, el establecimiento de límites o la evolución de nuestra pareja.
La mejor manera de lidiar con el burnout en casa es prevenirlo con educación emocional. Haz un ejercicio de observación: por un momento despréndete de los problemas de tu familia y míralos no como como madre o padre, sino como alguien externo a la familia; de esta manera te darás cuenta de qué está ocurriendo con tus hijos, con tu pareja y contigo mismo.
Lo que estás viviendo hoy, derivado de las circunstancias que hemos atravesado en los últimos dos años, está fuera de nuestro margen donde nos sentimos en control, por lo que nos cuesta mucho regular nuestras emociones y, por tanto, las de nuestros hijos. De manera que debes preguntarte: ¿estoy en las mejores condiciones para apoyar a mis hijos y a mi pareja?
Un especialista de salud emocional puede apoyarte a reconocer tus emociones y cómo lidiar con ellas, y, posteriormente, cómo relacionarte en esta nueva condición con tu pareja e hijos e hijas.
Además, hay acciones muy sencillas que están en tu mano y que pueden ayudarte a mejorar la relación con tu familia. Por ejemplo: organiza una caminata con tus hijos, libre de pantallas, sin castigos y sin amenazas, y ábrete al diálogo sin poner barreras; también permite a tus hijos que convivan con amigos, llévalos a tu casa, o fomenta que se reúnan con otras familias que conozcas. La pandemia ha sido muy larga y los niños y jóvenes requieren reestablecer sus vínculos sociales, siempre en la medida de tus posibilidades económicas y sin arriesgar la integridad de tus hijos.
Recuerda: es más importante educar en valores que llenar la agenda de tus hijos con actividades deportivas o eventos sociales, y vive hacia el interior de tu familia y no hacia el exterior; de este modo, no te dejarás llevar por los modelos de perfección de las redes sociales.
Finalmente, no olvides tener tiempo para ti: sal a correr o a caminar, lee un libro, escucha música o práctica un deporte.
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