07 Ago Mindfulness en el trabajo
Seguramente, desde hace varios años has escuchado —y cada vez con más frecuencia— el término mindfulness. Es posible que hayas leído algo al respecto o, incluso, asistido a alguna sesión, ¿pero qué es el mindfulness? Y, sobre todo, ¿para qué sirve?
En principio, el mindfulness es mantenerse en el presente, en el aquí y el ahora, es un estilo de vida que incluye la práctica de la meditación, un método para conseguir la atención plena y aceptar lo que sucede sin intentar cambiarlo ni juzgar su significado. Sin embargo, no te confundas: el mindfulness no se vincula con ninguna religión y cuenta con bases científicas que pretenden mejorar la calidad de vida de las personas.
El doctor Jon Kabat-Zinn y su equipo, en el año 1979, comenzaron a utilizar el mindfulness de modo terapéutico en la clínica de la reducción del estrés del Hospital de la Universidad de Massachusetts, en EU.
Posterior a este trabajo, investigaciones refieren que la práctica del mindfulness favorece la reducción de los niveles de estrés y de ansiedad. De acuerdo con el Instituto Europeo de Psicología Positiva, la práctica del mindfulness permite una conexión muy estrecha contigo mismo, con tu cuerpo, con tu mente y con tus emociones. Es por ello que se convierte en una práctica imprescindible si quieres gestionar correctamente pensamientos y emociones.
Al practicar el mindfulness te ves a ti mismo desde otra perspectiva, como si fueras un observador que ve todo cuanto acontece en ti y a tu entorno, de modo que te haces más consciente de lo que sientes y piensas, y te da mayor capacidad para alinear tus pensamientos y sentimientos con cualquier propósito que tengas en la vida.
Para aplicar el mindfulness en la oficina es necesario hacer un ALTO voluntario, con la intención de hacerte consciente de las emociones y sensaciones que tienes en el momento presente, retomar la calma, evitar juzgarte y seguir adelante. No sólo es meditar, sino hacer conciencia de todas nuestras actividades, aunque sean cotidianas y aburridas.
A continuación, te dejo algunas ideas que puedes poner en práctica a partir de ahora:
- Haz una cosa a la vez. No llenes tu escritorio de pendientes, concéntrate plenamente en una actividad de principio a fin: manda ese correo, atiende esa junta, termina ese archivo de Excel con todos tus sentidos puestos en ello. Verás que terminas más rápido y con menos errores.
- Obsérvate como en una película. Cuando tengas que hacer una actividad nueva o que no te gusta, o cuando estés frente a una persona con la que no puedes trabajar, quédate en el aquí y el ahora como si fueras un espectador, y así entenderás las emociones que tienes con esa tarea o esa persona.
- Ante las actividades rutinarias, realízalas como si fuera la primera vez. Sé consciente de cada paso que haces en esa tarea.
- Baja tu estrés. Tan sólo por tres minutos práctica una técnica de respiración, ya sea desde tu lugar de trabajo o, si te es posible, busca un espacio en calma. Despeja tu mente y conecta con tu reparación hasta tener consciencia de tu cuerpo, de tus sensaciones internas, así como de tus sentimientos y emociones que te acompañan. Cuando un pensamiento llegue a tu mente, acéptalo y déjalo ir. Al conectar con tu respiración, poco a poco lograrás la calma.
La práctica del mindfulness te puede traer como beneficios:
- Reducir tu estrés y ansiedad
- Mejorar tu relación con tu equipo de trabajo
- Aumentar la concentración y la memoria
- Aumentar la creatividad
- Terminar tu jornada laboral menos cansado.
Si quieres aplicar el mindfulness en tu organización, no dudes en buscar a un experto en salud emocional con especialidad en mindfulness. En Soul Health Advisor podemos ayudarte.
No Comments